Ya se sabía que el alcohol consumido en grandes cantidades, puede dañar el higado. Pero lo que no se sabía y que un nuevo estudio publicado en la revista científica Cell Metabolism ha revelado es que existe una bacteria intestinal que elabora su propio alcohol y que puede terminar dañando este órgano en personas que no beben y desarrollar enfermedades hepáticas como la Esteatosis Hepática no alcohólica comunmente conocida como Higado graso y que se asocia principalmente a la obesidad y sedenterismo .
El descubrimiento de esta cepa de bacterias es sumamente importante porque son capaces de crear una gran cantidad de alcohol en el cuerpo, que puede contribuir a la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA): esta patología, no está relacionada con el consumo de alcohol pero puede provocar insuficiencia hepática, fibrisis hepática, cirrosis o incluso cáncer de hígado.
Este descubrimiento se podría decir que ha sido por casualidad ya que lo que se estudiaba era una enfermedad rara en un paciente llamada síndrome de la autocervecería, cuyos sintomas son que las personas que comen alimentos con mucho azúcar o carbohidratos, aunque no prueben el alcohol se sienten como borrachas.
Necesidad de más investigaciones
Investigando las causas de este raro síndrome, los investigadores encontraron cepas de bacterias que producían alcohol llamadas Klebsiella pneumonia. Según explicaba Jing Yuan, director del laboratorio de bacteriología de Pekín y coautor del estudio, a Live Science, es la primera vez que se relaciona una bacteria con el síndrome de la autocervecería.
La bacteria Klebsiella pneumonia producía seis veces más del nivel normal de alcohol en el paciente, provocando inflamación en el hígado y diversas cicatrices en su superficie por la acumulación de grasa en este órgano. La esteatohepatitis no alcohólica, es una enfermedad hepática en su forma progresiva de EHGNA y llevó a los investigadores a pensar en que otras personas que sufrían el mismo síndrome podrían ser portadores de la misma bacteria alcohólica.
Estas sospechas de los invesitcados le llevaron a tomar muestras intestinales a más de 40 personas con EHGNA y se compararon con las de personas sanas. Los resultados fueron increiblemente reveladores: aunque los pacientes con EHGNA tenían una cantidad algo superior a la media de Klebsiella pneumonia, la capacidad de producir alcohol de esas bacterias era increíblemente alta: el 60% de los pacientes con EHGNA tenían bacterias que producían una alta cantidad de alcohol, mientras que solo el 6% de las personas sanas con las que les compararon eran portadores de esas cepas.
El 60% de los pacientes con EHGNA tenían bacterias que producían una cantidad excesivamente alta cantidad de alcohol
Los científicos decidieron trasladar esos resultados preliminares a un experimento con ratones donde se les introdujo estas bacterias, revelando como resultado que los roedores a los que se introdujeron esas bacterias productoras de alcohol en solo un mes acumulaban grasa en sus hígados y en dos provocaban cicatrices de la misma manera que otros ratones a los que se daba directamente etanol.
El daño hepático causado se pudo relacionar con la cantidad de alcohol producido por la bacteria, la buena noticia es que podía revertirse administrando antibióticos. Eso significa que, al menos en ratones, la Klebisella pneumonia puede generar la enfermedad del hígado graso. Aún hacen falta más investigaciones y estudios clínicos para determinar si también lo hace en las personas, tal y como parece.
FUENTES: Cell Metabolism | Live Sciencie